Nosotros

Respeto por la historia y la naturaleza

Desde 1994 trabajamos intensamente para reconstruir el viejo casco de la Estancia del Rosario de Santa Gertrudis. Recuperamos los datos de su historia y la preservamos.
Descubrimos el viejo molino, reciclamos la histórica huerta, los antiguos corrales de mulas. En particular, resignificamos la vieja casa-habitación y logramos poner en valor dos cuartos y medio que reflejan el paso del tiempo y la progresiva intervención humana.
Hoy se puede apreciar, en un encantador paseo, un típico casco de estancia pleno de historia colonial: el antiguo molino, los viejos corrales del muladar, la célebre Capilla de Candonga y los dormitorios de la antigua casa-habitación. Parte de esa historia viva es la producción de frutas y verduras en el espacio conservado de la antiquísima huerta y la cría de animales de campo

Estancia Santa Gertrudis

La Estancia de Santa Gertrudis no fue jesuítica pero creció y se expandió bajo su cultura en materia arquitectónica, en el modo de organizar el trabajo y colonizar a la mano de obra indígena y esclava que circulaba por el lugar, en su manera de diseñar el riego y aprovechar el curso de agua que atravesaba su territorio, en su modo de trabajar la piedra, organizar los corrales, diseñar acequias, escoger el lugar más apto para el procesamiento de los granos y para decidir la instalación de la vivienda protegida de los vientos y de las inundaciones.

Capilla Candonga

La que es hoy la capilla más fotografiada de la Provincia de Córdoba, la llamada Capilla de Candonga, era el oratorio de la vieja estancia de Don Moyano de Oscariz. Cuando comenzamos el proyecto, allá por 1995, luego de realizar lecturas aerofotogramétricas del lugar, decidimos realizar una intervención que reconstruyera el vínculo mencionado entre vivienda, culto, producción y procesamiento. De este modo, recuperamos las antiguas habitaciones del casco, reconstruimos el molino y pusimos en producción la denominada huerta de San Antonio. Nada de eso existió durante muchos años y poco se explicaba acerca de esa capilla que, en medio de las sierras, se transformaba en un icono de la presencia de arquitectura jesuítica en la Provincia.